Cuando te proponen el fabricar un mostrador de diseño, en el que te planteas si la funcionalidad será una realidad o una ficción, en el que necesitas buen material, muy buena mano de obra, y sobre todo, un gran trabajo en equipo y una visión amplia del diseño, puede ser que el resultado llegue a ser sorprendente.

Trabajar con madera puede ser fascinante. El moldear, dar forma a algo que no la tiene, curvar lo recto, formar componentes de un todo, sin ver el todo hasta el final, sólo a partir de un plano, puede, en un principio, ser todo un reto.

Este tipo de trabajos hacen que descubramos que no hay límites, que se puede fabricar todo tipo de cosas con los materiales que nos disponen y proponen diseñadores y arquitectos, que una ebanistería es ebanistería por este tipo de cosas, que no todos los carpinteros son ebanistas, ni que todos los ebanistas pueden presumir de tener máxima experiencia.

El resultado de este trabajo nos impresiona, y podemos decir que somos ebanistas, y que nuestros años de experiencia han hecho esta realidad, tanto en diseño, como en funcionalidad…